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Canarias 14 de Enero de 2016
El personal del ITC anuncia una posible huelga ante la amenaza de despidos inminentes

El futuro del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), la única empresa de I+D+i del Gobierno de Canarias que se ocupa del desarrollo de las Energías Renovables, las Nuevas Tecnologías, la Biotecnología, las Tecnologías del Agua, la Ingeniería Biomecánica y el Análisis Ambiental, sigue sin aclararse. El nuevo gobierno de CC-PSOE, con Fernando Clavijo a la cabeza, y Pedro Ortega como Consejero de Industria y Presidente del Consejo de Administración del ITC, con un equipo de gobierno completamente renovado, parece sin embargo mostrar una línea continuadora en el acoso y derribo contra el ITC; algo completamente incomprensible al tratarse de una empresa con 23 años de experiencia, que ha demostrado solvencia y capacidad para atraer hacia Canarias decenas de millones de euros procedentes de Europa, y que juega un papel importante no sólo en Europa sino también  en la colaboración al desarrollo de varios países de África. 

Legislatura tras legislatura, todos los equipos de gobierno afirman apostar seriamente por la I+D+i, y recalcan que ésta debe ser el motor del cambio de modelo y la diversificación económica que Canarias necesita. Nadie pone en duda que el ITC es de las pocas y necesarias  herramientas de I+D+i que tenemos en el archipiélago y que se debería potenciar su actuación para mejorar los indicadores tan bajos que en I+D+i tiene Canarias. Sin embargo, ya en la legislatura anterior el Gobierno de Canarias pretendió el desmantelamiento del ITC, primero proponiendo desmembrarlo separando la “I+D” (Investigación y Desarrollo) de la “i” (la Innovación), y luego planificando la tramitación de un ERE (Expediente de Regulación de Empleo), para reducir su plantilla a la mitad, dejándolo así completamente inoperativo, sin duda la antesala del desmantelamiento del ITC. En materia de I+D+i la gestión del Gobierno de Canarias nunca ha sido clara, ni efectiva, ni ha estado a la altura de las circunstancias: planes sistemáticamente incumplidos, dotaciones presupuestarias insuficientes que nos sitúan a la cola de inversiones en España, porcentajes de ejecución ínfimos…, son sólo algunos ejemplos que describen una gestión más que deficiente, pésima. Para nuestros gobernantes, la I+D+i no son más que siglas que visten sus discursos.

El actual equipo de gobierno también ha expresado su confianza en la I+D+i, y sus intenciones de “sacar al ITC de la UVI, y ponerlo a correr” [1]; sin embargo, el presupuesto  diseñado para el ITC en 2016 no corrobora esas intenciones, ya que ni siquiera cubre completamente el coste de los salarios. De este modo, la Dirección del ITC ha presentado a la representación de los trabajadores un documento en el que como única solución a la situación de déficit, contempla que sea el personal quien nuevamente asuma el déficit que generan los gastos de funcionamiento de la empresa, soportando una  nueva reducción salarial; reducción que se suma a la que han sufrido durante los años 2014 y 2015, y que asciende a un 19% de sus retribuciones. De no aceptarse esta nueva reducción salarial, la Dirección ha amenaza con  despidos inminentes. La inexistencia de margen para negociar, dado que la Dirección no admite otras soluciones y fijó un plazo límite para aceptar su propuesta (el 31 de diciembre), es la razón que  llevó a la parte social a registrar, con carácter de urgencia el 29 de diciembre pasado, preaviso de huelga.

En asamblea general del personal del ITC, celebrada el 12 de enero, la plantilla, reunida por video conferencia entre los centros Pozo Izquierdo, Cebrián, Sixto Machado, La Palma y el Hierro ha refrendado, por amplia mayoría la huelga planteada, y confía en que la misma sirva para alcanzar el objetivo que persigue, esto es “que la empresa reconsidere su posición y se avenga a:

a) Retirar los términos de la negociación fijados unilateralmente por la Dirección de la empresa referidos a los plazos de negociación.

b) Retirar su amenaza sobre la estabilidad de los puestos de trabajo.”

Que Canarias necesita, urgentemente, diversificar su economía, es indiscutible; que el modelo basado en el turismo no termina de funcionar, es evidente, dado que las tasas de ocupación están batiendo récords, y sin embargo el nivel de paro sigue marcando máximos; que disponemos de los mejores recursos de energías renovables de España y de Europa es un hecho constatado; que en tal contexto, la I+D+i es el elemento clave es algo que afirma incluso el propio Gobierno. Qué pretende hacer en esta materia el actual ejecutivo, y qué futuro quiere para el ITC, y para nuestra propia tierra, es algo, sin embargo, del todo incierto. ¿Se merece Canarias esta incertidumbre?