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Canarias 26 de Mayo de 2016
La merma de biodiversidad genera la pérdida de 50.000 millones
al año en el mundo
La humanidad andaría desnuda, sucia, desnutrida, enferma y aburrida sin la biodiversidad. La vestimenta, alimentación, medicamentos y todo el bienestar humano depende de la variedad de especies naturales. “Canarias tendría que ser una fortaleza, tenemos plagas por todos sitios, aquí no tendría que entrar nada”, sentencian los científicos.

La biodiversidad es una palabreja que en realidad encierra la supervivencia de la especie humana, que en caso de sobrevivir a su desaparición, andaría por el mundo desnuda, sucia, desnutrida, enferma y aburrida, pues encierra las claves del bienestar humano, desde la vestimenta a la alimentación y, con los nuevos descubrimientos, las sustancias para la posible solución a enfermedades como el cáncer, el párkinson o el alzhéimer.

Así se puso de manifiesto en las I Jornadas de Biodiversidad y Especies Invasoras organizadas por el Cabildo de Gran Canaria para dar a conocer la importancia de conservar la variedad de las especies de la naturaleza desde diversos puntos de vista, también el económico, pues la merma de la biodiversidad hace que se pierdan 50.000 millones de euros al año en el planeta, por lo que el económico, además de la ética, la estética y la supervivencia de la humanidad, también es un argumento para conservarla.

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, recordó en la inauguración que la propuesta de un nuevo modelo económico del Cabildo incluye la defensa de los paisajes, un objetivo rico y complejo porque tiene que combinar la defensa de la biodiversidad con el freno a las especies invasoras, cuya llegada a las islas de la mano del hombre conllevó ciencia cierta la extinción de especies de las que no se tienen vestigios ni constancia.

Pero para lograr avanzar es necesario ahondar en el conocimiento sin rehuir el debate, apuntó Morales, quien hizo referencia a la controversia generada en abril por el control de cabras, momento en el que hubo “mucho ruido y poco debate”. Los interesados en debatir llenaron hoy el salón de actos de la Facultad del Formación Profesorado, lo que demuestra el interés por el tema, y tras las ponencias el público coincidirán o no, pero estará más informados mientras otros mantendrán el ruido porque es su principal interés, consideró.

Dar a conocer qué es la biodiversidad, para qué sirve y por qué es tan importante salvaguardarla “precisa una tarea de formación, información y conocimiento que hasta ahora no hemos hecho bien, y ese es uno de los errores que hemos cometido”, subrayó Morales.

El consejero de Medio Ambiente, Juan Manuel Brito, apuntó que para un debate de calidad y la toma de decisiones sólida es preciso ahondar en el conocimiento de esa “palabreja” de la que depende la humanidad y no ocultó que las jornadas surgieron de la controversia por la erradicación de cabras, pero aseguró que solo serán las primeras de una serie de convocatorias encaminadas a analizar todas las facciones y problemas del medio natural isleño.

La llegada de las cabras
No es cierto que las cabras lleven en Canarias “toda la vida”, tanto es así, que si las islas tardaron en crearse un año, el hombre y las cabras llegaron cerca de la medianoche de fin de año, puso como ejemplo entrando de lleno en la materia el catedrático de Ecología de la Laguna José María Fernández, quien dijo que en el mundo quedan más de doce millones de especies por descubrir y en Canarias se cataloga una cada cinco días y aún se mantendrá este ritmo los próximos diez o veinte años.

Son especies no adaptadas a estos herbívoros que llegaron con los aborígenes hace 2.000 años después de 20 millones de evolución sin ellas, tiempo insuficiente para adaptarse a sus depredadores. Sin embargo, las cabras y el pastoreo también tienen su lugar en Gran Canaria, de hecho en el 44 por ciento de la reserva de la biodiversidad, pero no en los espacios protegidos para que los endemismos también puedan sobrevivir. Y es que la supervivencia de las cabras de hecho no está en juego, pero el de la flora no solo está en juego, sino en grave riesgo.

Canarias tiene 4.000 endemismos, la mitad de las que tiene España, que de por sí es el país con mayor volumen de endemismos de Europa, y el 70 por ciento de esos 4.000 encima son exclusivos de una única isla, y entre todas Gran Canaria es la que más destaca, lo que la hace receptora de una impresionante biodiversidad, un punto caliente a nivel planetario.

“Es nuestra responsabilidad que la conozcan quienes no han nacido, es nuestro legado y no tenemos ningún derecho a extinguirla”, exclamó Fernández, quien apuntó su imprescindible papel en la cadena trófica, pues con cada endemismo muere una cadena de especies.


Refugio continental
Canarias es el refugio de plantas que se perdieron en el continente y es tan abundante, con una concentración casi sin precedente, como frágil, un auténtico santuario cuya necesidad de protección tampoco es nueva, ya los griegos, estandartes del respeto a la naturaleza, “aniquilaban las amenazas de la biodiversidad” e impedían que las cabras acabaran con sus olivos a pesar de considerarlo un animal sagrado, recordó el director del Jardín Canario, Juli Caujapé.

En caso de necesitar argumentos egoístas, también los hay, detalló el experto, quien apuntó que sustenta la vida, la producción del oxígeno, la captación de CO2, de hecho depura la mitad de las emisiones, protege el suelo de la erosión, lo sujeta, salvaguarda los recursos hídricos y es un puente irreemplazable para el bienestar de la humanidad, pues todos los bienes de consumo provienen de la investigación de la biodiversidad, desde la alimentación a los alimentos, pasando por la cosmética, materiales de construcción y un sinfín de bienes.

Alertó de que la transmisión de generación en generación de que la naturaleza es sabia se refiere solo a cuando no hay elementos perturbadores y entre ellos también está la sobreexplotación, el incremento de la demografía, la fragmentación de la población, la introducción de plantas exóticas, la falta de concienciación y la falta de ejecución de las leyes existentes y la necesidad de otras nuevas.

En cuanto a la amenaza de los ungulados, existe un total consenso científico mundial sobre la necesidad de una urgente erradicación de estos herbívoros, la cabra está catalogada como una de las cien especies más depredadoras, y también existe consenso sin fisuras en que la eliminación es el más eficaz de los métodos, efectuado en más de 120 islas del mundo, seguida de muy lejos por las apañadas, que no obstante el Cabildo de Gran Canaria mantendrá y además sumará a los sectores de la sociedad que han pedido adherirse a esta práctica.

Por si fuera poco, la pérdida de recursos económicos en el mundo por no cuidar la biodiversidad se eleva a 50.000 millones de euros, y está claro, apuntó, el catedrático de Economía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Carmelo León, que en Canarias no se ha hecho bien.

“Esto tenía que ser una fortaleza, tenemos plagas por todos sitios, aquí no tendría que entrar nada, como sucede en otros lugares con una biodiversidad no tan rica”, sentenció.