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Arico 16 de Maryo de 2016
PIRS de Arico, una bomba de relojería
Miles de toneladas de neumáticos se apilan desde hace años en el PIRS de Arico. eldigitalsur pudo comprobar in situ como la valla que resguarda la seguridad del complejo presentan boquetes que permiten acceder sin ningún problema, además de constatar  la carencia de vigilancia en el lugar donde cualquier desaprensivo pudiese ocasionar otro desastre medioambiental como el de Seseña.

eds.DG Después del incendio de neumáticos en Seseña se encendieron las alarmas sobre los peligros de almacenar este tipo de residuos, en el 2015 el PIRS de Arico tuvo un incendio en una nave que almacenaba aproximadamente 196 toneladas de pequeños aparatos electrodomésticos, restos de neveras y congeladores, esto obligó a los bomberos del Consorcio de Tenerife a activar el máximo nivel (alerta III) por la gran cantidad de productos tóxicos y posible riesgo químico, debido a la gran cantidad de productos que se acumulan en la misma.

En el año 2005 el Cabildo advertía al Ayuntamiento de Arico acerca del problema que causan los miles de neumáticos que se aglomeran durante varios kilómetros en el complejo medioambiental, la idea era triturar unas 7.000 toneladas de neumáticos para luego verterlos en la celda de uso, situación que originó el rechazo del Ayuntamiento, ya que la celda de uso está destinada a los residuos sólidos, La concejala del Complejo Medioambiental en aquel entonces, Belén Reyes declaró, que el argumento del Cabildo sobre un posible riesgo de incendio es para justificar esta medida, no ha existido ningún conato de incendio en el tiempo que llevan almacenados, aclaró.

Se ha demostrado que las emisiones al aire, provenientes de la quema de neumáticos a cielo abierto son muy tóxicas, incluso mutagénicas, ya que incluyen contaminantes tales como partículas, monóxido de carbono (C0), bióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), compuestos orgánicos volátiles (COVs), hidrocarburos aromáticos polinucleares (PAHs), dioxinas, furanos, cloruro de hidrógeno, benceno, bifenilos policlorados (PCBs) y metales como arsénico, cadmio, níquel, zinc, mercurio, cromo y vanadio.  Además se pueden generar cantidades significativas de líquidos y sólidos con contenidos químicos dañinos derivados de la fundición de los neumáticos, que pueden ser potenciales contaminantes del suelo, agua superficial y subterránea.
Foto Dux Garuti