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Arona 17 de Mayo de 2016
Un grupo de jóvenes de El Fraile ayuda a aprender español a extranjeros en situación de exclusión social
La plataforma de voluntariado está formada por chicos y chicas residentes en este núcleo y que estudian 4º de la ESO y 1º de Bachillerato.Asisten mayoritariamente personas de entre 20 y 35 años, de diversas nacionalidades y que han inmigrado ya entrada la adolescencia.

Un grupo de jóvenes de El Fraile, estudiantes de Secundaria de los IES del municipio, han puesto en marcha una iniciativa para dar clases gratuitas de español a residentes en este núcleo y que se encuentran en grave situación de exclusión social, con el fin de facilitarles los recursos necesarios para el día a día, desde hablar con los profesores de sus hijos, a conseguir un empleo o hacer trámites en la administración. El alumnado está integrado en su mayoría por personas de entre 20 y 35 años de diversas nacionalidades, que no hablan el idioma y que han inmigrado ya entrada la adolescencia.

Seis jóvenes de los cursos de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato de los IES Las Galletas y Guaza han decidido usar su tiempo libre por las tardes para impartir voluntariamente esta formación y como parte de la programación de la Casa de la Juventud de este núcleo de Arona. Las clases, que comenzaron el pasado 5 de mayo, las diseñan estos voluntarios y voluntarias bajo la supervisión del personal de la Concejalía de Juventud, con los que se reúnen después de cada clase y ven las necesidades específicas que tienen los alumnos para preparar las unidades didácticas adaptadas.

“Estamos muy orgullosos de nuestros jóvenes, que han querido ayudar a sus convecinos conscientes de que ser personas cercanas, que ven cada día en la Casa de la Juventud de El Fraile, implica un voto de confianza. Hay una oferta de clases de español del Patronato de Cultura y recientemente se han desarrollado cursos impartidos por la Concejalía de Empleo, pero aquí se hacía necesario un paso más. A estas personas las conocemos porque asisten a la Casa para que les traduzcamos cosas y les ayudemos con algunos trámites, de ahí que los integrantes del equipo de voluntariado hayan decidido organizar esta interesante acción de integración y convivencia”, explica la concejal de Juventud, Yolanda Mendoza.

Las personas que asisten a esta formación tienen entre 20 y 35 años y se encuentran en una situación de exclusión social grave, porque no conocen el idioma y no pueden optar a un puesto de trabajo, no participan en la comunidad y no se relacionan con gente fuera de su entorno cultural y familiar.

“Estas clases son para ayudar en su integración y que puedan realizar acciones básicas, como poder reunirse con los profesores de sus hijos, ir al médico o pedir un certificado en el SAC; una iniciativa que busca romper ese bucle que les aísla de la convivencia en el municipio y que busca la integración”, destaca Mendoza.

En este sentido, estas clases son una herramienta más en el marco de una  acción de inclusión social, donde estos jóvenes adquieren herramientas para desenvolverse en el barrio dentro de su vida cotidiana, integrarse en la comunidad mediante la participación y el disfrute del ocio, además de adquirir más oportunidades para optar a un puesto de trabajo.

La plataforma de voluntariado surge del plan de coordinación de la Concejalía de Juventud con los IES del municipio y, dentro de los proyectos que se ejecutan en los centros educativos de secundaria, un grupo de jóvenes han decidido convertirse en voluntarios para realizar acciones solidarias y mejorar el municipio en el que residen.

“En próximo curso, queremos avanzar en esta plataforma y trabajar con este voluntariado las necesidades de otros colectivos, dentro de la problemática social del municipio, caso de las personas mayores o con diversidad funcional.  Creemos que esta actividad genera una empatía hacia las situaciones de problemática social, un intercambio de conocimientos y cultura construido sobre la base de la solidaridad y el voluntariado juvenil.