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Resulta que en algunas ocasiones se concentraba tanto en la lectura que quedaba atrapado por la historia que leía. Por ejemplo cuando leyó “Las aventuras del payaso Pepín”, no sabe cómo pero repentinamente se encontró dentro de la carpa del circo haciendo malabarismos, los niños del público le aplaudían entusiasmadamente, las luces y la música le aturdían los sentidos y el enano del circo le invitaba a bailar con él. El payaso Pepín le regaló una máscara para que se la pusiera, pero al tratar de colocársela en su cara, estaba de nuevo sentado leyendo,  no era una máscara la que tenía en sus manos sino su libro.

Ni que hablar de la vez que leyendo el cuento de “La bicicleta Mágica”, se vio montado en el triciclo recorriendo el cielo, teniendo por único camino una hilera de nubes, guiado por el viento que le hacía girar repentinamente cambiando de rumbo. Recuerda claramente que por la velocidad que adquirió en un momento de su recorrido, se salió del camino que le señalaban las nubes y creyendo precipitarse al vacío pegó un gran grito, con el cual asustó a su madre que muy nerviosa acudió a preguntarle que le pasaba.

En otra ocasión se metió en el Belén de una historia de navidad que leía. No sabe como pero se vio caminando junto con los pastores y las ovejas, sintió mucho frío y mirando aquel cielo lleno de estrellas, se encontró asomado a la ventana de su habitación mirando el firmamento.

Y de la vez que, leyendo en el jardín de su casa el cuento de “La Lluvia Luminosa”, su padre lo encontró dormido sobre el césped, empapado por la llovizna que caía.

Y así le había pasado con otras cuantas historias. Lo cierto era que lejos de sentirse abrumado por lo que le acontecía, Pepe disfrutaba de sus lecturas y poco a poco había aprendido a sobrellevar aquella graciosa y curiosa situación.

María de la Luz

21 de Junio de 2016
Por María de la Luz
El Lector Atrapado
A Pepe le encantaba leer, desde que aprendió a hacerlo, los libros se habían convertido en sus mejores aliados y la lectura en su mayor entretenimiento. Para él no había otra cosa más maravillosa en este mundo que leer, pero en los últimos meses le sucedía una situación muy curiosa cuando leía ciertas historias..