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Arona 04 de Febrero de 2016
“Las que limpian los hoteles. Historias ocultas de precariedad laboral”.
Hoy en el Hotel Sensimar Arona Gran & Spa, se presenta el libro por su autora, Ernest Cañada de Alba Sud, las representantes sindicales Cladys Nieves Medinas Rodas y Jovita del Carmen González Rivero.

"Las que limpian los hoteles" es un libro escrito con sentimiento,  un grito de denuncia de la situación laboral de un colectivo que las más de las veces resulta invisible en la industria hotelera, pero que sin embargo es una de las claves de la calidad del servicio en una industria que es la primera de España, el turismo. Pero es sobre todo un libro escrito "desde el sentimiento" de las compañeras protagonistas, de sus problemas cotidianos de salud, de organización del trabajo, de empleo, de salarios o de sus frustraciones y temores, pero también de sus reivindicaciones, de su orgullo por un trabajo que quieren bien hecho, de sus esperanzas y de su rebeldía.

Pero no estamos solamente ante una agregación de relatos individuales con un hilo conductor más o menos común, la relación de las protagonistas con su trabajo y la denuncia y queja ante sus problemas. Aunque solamente fuera eso ya sería importante para CCOO y UGT, pero es que estamos ante algo más. Al examinar el conjunto de discursos nos encontramos con un análisis  exacto, riguroso y detallado de los  problemas laborales de las camareras de pisos.  Es un diagnóstico claro, sencillo y contundente de los problemas de empleo y condiciones de trabajo que demandan un renovado y mayor impulso de nuestra acción sindical. Que nos exige una acción colectiva todavía más motivada y  reafirmar nuestro compromiso en defensa de estas trabajadoras.

Las camareras de pisos son miembros de nuestro sindicato, son afiliadas, delegadas y dirigentes en diferentes ámbitos. Han estado presentes, junto con el resto de compañeras y compañeros, en las movilizaciones. Un hito en esta lucha fue  la primera huelga general en el sector de la hostelería de nuestro país en el año 1992. Fruto de esa movilización conseguimos el Acuerdo Laboral de Hostelería de Ámbito Estatal (ALEH) y sin duda uno de logros fue que la categoría del personal de pisos estuviera  encuadrada  y reconocida en la categoría de oficial de la hostelería, y después en el ámbito de la negociación colectiva se consiguió que los niveles salariales se equipararan con su reconocimiento profesional en los convenios de hostelería más importantes de España.

Pero los tiempos cambian y tal y como ponen de relieve las entrevistas, los logros del pasado o las luchas, sobre todo defensivas, del presente como los  esfuerzos en la negociación colectiva en  los convenios de hostelería de no garantizan desafortunadamente que no pueda haber retrocesos, muy graves a veces, o no blindan contra nuevas amenazas. Por eso la campaña de UITA supone una llamada de atención  y una oportunidad, esta vez en un marco internacional, para redoblar nuestros esfuerzos. Máxime cuando un buen puñado de empresas hoteleras españolas son ahora compañías multinacionales, operando en todo el mundo (y muy especialmente en América Latina). Estas compañías en muchas ocasiones utilizan experiencias adquiridas más allá de nuestras fronteras, en otros marcos legales más propicios o permisivos, para atacar las condiciones de trabajo aquí. Y al revés, exporta prácticas laborales previamente ensayadas en nuestro país. Por eso el componente internacional de nuestra acción sindical cada vez resulta más evidente. De ahí la oportunidad de la campaña de la UITA.

No es posible ignorar que la crisis económica en España ha tenido una incidencia importante en el ataque contra condiciones de trabajo. Las reformas laborales han venido a facilitar nuevas herramientas empresariales para atacar derechos conseguidos. Pero tampoco hay que engañarse. El sector turístico español no ha sido de los que más han sufrido los embates de la crisis económica y desde luego cabe pocas dudas de que, por toda una serie de circunstancias, hace ya algún tiempo que la ha superado. La crisis no ha sido más que un pretexto para intensificar tendencias que ya apuntaban hace largo tiempo, utilizando la misma para un brutal ataque al empleo, a las condiciones de trabajo y los derechos laborales.

Aunque simplificar problemas complejos siempre es difícil,  para  CCOO no cabe duda de que las camareras de pisos (no solamente ellas evidentemente) sufren los efectos de una estrategia empresarial que se desarrolla por dos vías.

No necesariamente en este orden, la primera es la imposición de flexibilización unilateral  interna en las condiciones de trabajo y empleo, utilizando al máximo las facultades que les otorga la reforma laboral, comenzando por un ataque al derecho de negociación colectiva que persigue la máxima individualización, y, por tanto, desprotección, de las relaciones de trabajo.

La segunda vía es la flexibilidad que proporciona la externalización de servicios hoteleros, subcontratado el trabajo a empresas de servicios que aplican aún peores condiciones salariales y laborales a estas trabajadoras. Suelen alegar las empresas hoteleras que utilizan ambas formas de flexibilidad (o alguna de ellas) para hacer frente a los dientes de sierra productivos en la ocupación de los hoteles o para incrementar la siempre necesaria productividad, pero ello resulta meridianamente falso cuando renuncian a usar instrumentos de flexibilidad contractuales, negociados con la representación de trabajadores y trabajadoras, siempre más eficaces por cuanto al preservar el clima laboral son más efectivos a medio y largo plazo.

Porque ese es un problema de fondo del sector hotelero español, unas empresas ancladas en el cortoplacismo y los beneficios aquí, ahora y de cualquier manera, practicantes de un capitalismo depredador más propio del pasado que de la modernidad que pese a todo dicen representar.

La pretensión de estas políticas es clara. Dividir a las camareras de pisos según sean fijas, temporales, trabajen para empresas externas o no, sean antiguas o nuevas y separarlas del resto de la plantilla. Apartarlas de la negociación colectiva. Dificultar su organización en los sindicatos. Aumentar sus beneficios a costa de una mayor explotación. Y ello probablemente con un objetivo que ya es más una amenaza real que teórica, llegar a los "hoteles virtuales" sin plantilla propia.

Y ahí están los retos de CCOO y UGT, que la campaña de UITA nos recuerda: mantener y acrecentar la afiliación y representatividad en el colectivo, preservar marcos de negociación colectiva y  recuperar o defender  derechos adquiridos, logrando otros nuevos.

La experiencia de la Regional Latinoamericana de UITA (REL-UITA), que patrocina este libro, y la de otras organizaciones, también nos dice, con motivo de la campaña, que los sindicatos no debemos rechazar espacios de cooperación con clientes y organizaciones sociales que sean útiles para defender el trabajo digno de las camareras de pisos. La campaña ha sido y es ocasión para ello.

Es justo reseñar nuestro agradecimiento al autor Ernest Cañada, coordinador de  Alba Sud, y a la REL-UITA,  por la oportunidad de denuncia y reivindicación que supone el libro.

Y, por último, y sobre todo, nuestro agradecimiento al conjunto de las camareras de pisos y a nuestras afiliadas en particular, que han puesto de manifiesto su dignidad y coraje.