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Demasiadas veces, el individuo cae en estados de ira-cólera sin venir a cuento, sin necesidad, ante estímulos negativos pequeños, ante frustraciones que puede superar de otros modos y de otras maneras…
                      
En la moral clásica de siglos se ha creído que la ira-cólera es uno de los siete errores morales graves o en lenguaje religioso, uno de los siete pecados capitales…
                      
Se denomina capitales porque cada uno de estos hábitos o costumbres o modos de actuar o carácter o personalidad hace caer a las personas en otros males, porque hay personas que son más propensas a la ira, como otras lo son a la gula o a la envidia, son la fuente de otros enormes males, males morales, males en muchos sentidos, males para el individuo que sufre dicha forma de ser y de actuar, para los cercanos y para los lejanos…

Podríamos indicar algunas notas sobre este hábito que durante siglos grandes tratadistas morales y religiosos han pensado que es una fuente de mal, cuándo es desproporcionada, sin venir a cuento, sin necesidad, sin racionalidad, sin sentido común, sin prudencia, sin necesidad…

Hay que empezar diciendo que en el mundo moderno, muchas formas de pensar y de actuación que en otros siglos se han pensado son negativas para el ser humano, hoy no se enseñan como negativas, sino como positivas, por ejemplo, ataques de ira, se denominan en algunos ambientes personas que tienen una gran personalidad y un gran genio y un gran carácter. Y que los demás tienen que soportar su genio y su carácter porque son así y deben ser así. O se camufla por la necesidad de la competitividad del mercado o del oficio o de la profesión…
                      
Por consecuencia una cosa, es saber que una aptitud o actitud o hábito o costumbre o comportamiento es negativo, a nivel teórico, aceptarlo conceptualmente que es negativo y pernicioso, y otro, es enseñar métodos y formas y maneras, para que las personas no caigan en esos comportamientos, o habiendo caído sean capaces de salir de él. Es decir, son diríamos tres niveles diferentes, el teórico, el práctico y el teórico-práctico o práctico-teórico.

¿¡Cuántos males se habrán causado en el mundo por la ira-cólera de no controlar de forma adecuada la lengua, la propia lengua y los propios actos!?

Todo ser humano tiene derecho de defenderse del mal del otro o de los otros, pero debe también controlar con medida, racionalidad, sentido común, prudencia, razones no caer en los deseos o pasiones o emociones o pulsiones de la ira o cólera.

Aunque un mensaje sea verdadero si lo emites de forma colérica habrá perdido la fuerza de ese mensaje, habrás perdido la partida, si no siempre casi siempre.

Hay que valorar el peligro real, que otra persona u otro argumento tiene para ti, para de esa forma responder de una forma adecuada, ni pasarse, ni no llegar.

Hay mucho mal en la vida, porque las personas se han defendido mal de otras personas que buscaban su mal, hay mucho mal en la vida, por haberse defendido de forma exagerada de un mal causado o no causado por otras personas…

Según la máxima bíblica, “ser lento a la ira y rico en piedad”.

Si admitimos que hay como siete grupos de grandes males morales, cada uno reconoce que son males, los que él o ella no sufre, pero no los que cada uno sufre, si uno no es vanidoso, enseguida ve en el otro que es vanidoso su falta, pero si uno es lujurioso, no ve en sí mismo su error. Esto es el gran problema, en un mundo que ya no se enseña cuales son los males morales, las faltas éticas o errores éticos que las personas, llevamos cometiendo desde la noche de los tiempos. Cierto es, que cada uno sufre unos diferentes. En general no todo el mundo cae en todos los errores morales, sino solo en algunos. Y es más, en algunos, a veces, los pone en práctica o en acción o en acto con determinadas personas y no con otras…

Sé sagaz y astuto e inteligente, que hay personas, que caen en un error moral, sea el que sea, por ejemplo, la ira que es el que estamos comentando, pero puede que solo caiga en ese error contra determinadas personas y no contra otras. Por tanto, aunque tú no seas objeto de la ira de otras personas, otras personas si pueden serlo… Por eso, para unos esa persona es una gran persona y para otros, que sufren sus errores morales, no lo son.

Debemos preguntarnos, si porque nadie nos enseña cual es el bien y el mal moral correcto, o no lo han enseñado sesgado o limitado, o porque no somos capaces de hacer el bien moral, o al menos algunos, vivimos en una época que podríamos decir, que por un lado, existen grandes derechos humanos, que la mayoría están basados en grandes ideas del bien moral, y por otro lado, cada individuo cae en un error o en varios errores morales graves. Y se pasa toda la vida sin ser consciente de ello o justificándolo, que es aún peor. A veces, al bien se le llama mal, al mal se le llama bien. Se ha dado un cambio de moralidad correcta, hemos caído, hay que preguntarse, en muchos sentidos, en una antimoral o en una amoralidad o en moralidades y éticas incorrectas. No digo todos los individuos, no digo cada individuo en todo, sino en algunos aspectos…

Buscar el modo de no enfadar a nadie, sin dejar de decir lo conveniente y lo adecuado y la verdad que uno cree es un arte que muy pocas personas son capaces de conseguir.

Cuándo notes que la ira te va saliendo del cuerpo o del alma o de la mente, deja el tiempo al tiempo, si lo que vas a decir, lo puedes decir otro día, déjalo para otro día, si lo que vas a hacer con ira, puedes hacerlo otro día, déjalo para otro día. Sigue el consejo jesuítico, antes de caer en la ira, cuenta cien veces…

No tomes, no caigas en el error, de a la persona que es afable, que no cae en la ira, no la tomes como débil o como que no tiene carácter o no tiene personalidad, porque quizás sea la persona más fuerte porque sabe autocontrolarse a sí mismo. Un consejo de esa persona o una idea puede tener mucho valor, más que los que caen en los estados emocionales irracionales.

Tú piensas que tienes derecho a caer en la ira, de palabras o de hechos o actos, o de palabras y actos, pero no calculas la reacción del otro o de los otros… La ira de voces sin venir a cuento, por cualquier frustración a cualquier hora solo se muestra y se demuestra la propia debilidad… Controlar las propias frustraciones es la única manera de ir conociéndose mejor, de irse autocontrolándose mejor, de seguir evolucionando de forma correcta, creciendo y madurando en lo emocional, en lo sentimental, en las pasiones, en los deseos, en las pulsiones, en las ideas, en edad y en el cuerpo y en la mente y en el alma…

Une la ira-cólera con otra desvirtud, sea la envidia o sea la soberbia y ya tendremos un personaje y una persona que es nefasto para sí mismo y para los demás, aunque no sea consciente el sujeto que sufre esos males, o los demás…

Para terminar tendríamos que indicar que la afabilidad no es una desventaja, ni una debilidad, se puede decir, todo o casi todo, con una lengua afable y amable y con mesura y con dulzura, que no con una lengua agria y venenosa… Hay más muertos en los cementerios y en las cunetas por ira y cólera que por enfermedades posiblemente. Siempre se ha dicho se cazan más moscas con miel que con vinagre…

http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm  © jmm caminero
06 de Junio de 2016
“Sobre la cólera e ira”     
La ira o cólera se puede definir cómo una respuesta inadecuada y desproporcionada ante un estímulo que nos parece pernicioso o negativo para nosotros.

Todo ser humano tiene que comer para sobrevivir, pero si cae en la gula, comer por comer es una desvirtud o es un error moral. Todo ser humano tiene el derecho y el deber de defenderse ante peligros y males de los demás, pero si lo hace de forma desproporcionada puede caer en la ira-cólera y por tanto caer en errores aún mayores.