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Canarias 26 de Mayo de 2015
El 23% de la población canaria carece
de vitalidad mental
Con algunos sencillos consejos y alimentación se puede mantener una vitalidad mental saludable. Este estado anímico afecta a las relaciones laborales y familiares.

El 23% de la población canaria padece fatiga mental, lo que provoca dispersión, pereza, falta de atención y de claridad; además, disminuye nuestra capacidad resolutiva. En cambio, cuando se siente la vitalidad una persona se siente imparable, con pensamientos creativos que suscitan energía y fuerza. La psicóloga Ana Bueno recomienda “crear un climax interior de bienestar” para afrontar desde el psiquismo positivo la fatiga diaria causada por el cansancio y el estrés de cada día y revitalizarnos cultivando buenos hábitos emocionales, practicando ejercicio físico e incluir una dieta variada y equilibrada”. Esta dieta debe incluir vitaminas del grupo B y suplementos nutricionales como el ginseng, que incrementan la resistencia orgánica.
La psicóloga Ana Bueno explica que un alto porcentaje de los canarios padecen falta de vitalidad y les afecta a su calidad de vida. “Los afectados sienten cansancio excesivo, irritabilidad, mal humor, reaccionan de forma desproporcionada y padecen dolores musculares, migrañas, problemas digestivos y un largo etcétera”. La especialista advierte que “estos síntomas pueden ser signo de que existe alguna patología en nuestro organismo, por lo que siempre debemos descartar este punto en primer lugar con nuestro médico de cabecera. Sí el cansancio persiste sin existir ninguna razón, puede ser síntoma o señal de que el individuo debe de hacer algo, retomar los mandos de su navío. Esto se puede hacer y cuidar. Nuestros hábitos o condicionamientos mentales nos impiden una correcta utilización de nuestras capacidades, pero se pueden aprender nuevos hábitos emocionales, al igual que creamos nuevos hábitos alimenticios y de la práctica del ejercicio físico.

Padecer fatiga mental no es algo raro. De hecho, casi uno de cada cuatro canarios la padece. La psicóloga confirma que “simplemente nuestro día a día cotidiano puede provocar que padezcamos este estado. En la época que nos toca vivir estamos esforzándonos a diario física y psíquicamente: trabajamos fuera, cumplimos con las obligaciones familiares y económicas, administramos nuestra casa, todo esto en ocasiones se convierten en compromisos generadores de tensión”. Todo ello puede desencadenar un estado de agitación emocional.

El generador más común de la fatiga crónica es el estrés. “Normalmente este estado surge cuando nos enfrentamos a situaciones que nos obligan a mantener un alto nivel de rendimiento”, indica la psicóloga, debemos de aprender a tener consciencia de nosotros para podernos situar desde ahí y tomar pequeñas pausas en el día, tan sencillo como sentir nuestra respiración, retomar una afición olvidada, compartir una comida, son pequeñas acciones que nos ayudan a cuidarnos a nivel mental. “El hombre es un animal diseñado para la acción, el cansancio debe de responder a haber trabajado o a una condición climatológica como excesivo calor, si el cansancio persiste habiendo descansado y descartado un problema físico, es señal de que algo va mal y debemos ver hacia dentro que ocurre. Debemos trazarnos pequeñas metas y a partir de ahí ir avanzando. Un esfuerzo excesivo no es útil para sentirse bien, porque este esfuerzo excesivo le creará más tensión de la que tiene. Es mejor ir poco a poco instaurando nuevos hábitos que exijan poco esfuerzo, que sean sencillos. Nuestras metas deben de ser alcanzables. Los buenos hábitos se consiguen con la práctica, poquito a poco. Si nos proponemos grandes metas y luego no las cumplimos, recibiremos un duro golpe a nuestra autoestima y será peor. Cumplir pequeñas metas nos reforzará y nos permitirá reducir el estrés aumentando nuestro bienestar”.

Asimismo, otro generador de fatiga mental es la inactividad. “No es raro que una persona desempleada padezca esta situación. En ocasiones la rutina, el aburrimiento la pereza o la falta de estímulos puede desembocar en la irrealidad porque nuestra imaginación se dispara y la frustración aparece.”.

Otras de las recomendaciones que plantea Ana Bueno es “tomar contacto con la naturaleza”, e insiste en retomar aficiones y practicar ejercicio sin firmar compromisos inalcanzables como ‘ir todos los días al gimnasio’, si esto nos va a causar más estrés simplemente podemos andar un poco más en lugar de coger el coche para desplazamientos cortos”. Además, la psicóloga recomienda seguir la pirámide nutricional, incluyendo en la dieta verduras, frutas de temporada, hidratos de carbono, proteínas y productos lácteos, especialmente leches fermentadas. Además, elementos como el ginseng pueden ser beneficiosos para recuperar la concentración en etapas de mucha actividad intelectual.

Programa de acciones “Los Lunes Vitales”
Normalmente los lunes son días donde nuestro rendimiento físico y mental está por los suelos. El lunes es la oveja negra de la semana. Y parece que lo tiene todo en contra. No solo es el blanco de nuestras quejas y críticas, porque venimos del relax del fin de semana y eso de volver a la actividad no nos motiva. Además, es el día de la semana donde se registran más infartos por estrés, según The British Medical Journal. Nos cuesta mucho “arrancar” la semana.

Pues bien, un grupo de profesionales de distintas especialidades, particularmente sanitarios, ha decidido desmontar este cliché y poner sobre la mesa que los lunes, desde el punto de vista de la salud, son los días más favorables. Varias investigaciones médicas han demostrado que el lunes es el día en el que nos ponemos a dieta, decidimos dejar de fumar, volvemos al gimnasio o pedimos cita con el médico.

Por esa razón, durante los lunes de las últimas semanas se han desarrollado acciones de comunicación donde determinados expertos explican desde distintas perspectivas los factores que atacan nuestra vitalidad tanto mental como física así como la manera más adecuada de sentirse vital.