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Arona 10 de Abril de 2015
Carta de Amor,
dedicada a mis dos Hijos
La segunda vez que toqué en el Son Latinos,
un concierto que celebraban en Playa Las Vistas
en el sur de Tenerife (por si algún lector no sabía
esto), donde actuabas encima del escenario y no
lograbas ver el final del público (con más de 200.000
personas) y todos con las manos levantadas cantando
la canción Vendo Tollos, recuerdo que conmigo tocaba
un bajista llamado Pastor (Propietario del Bar Zipi y
Zape en la calle El Príncipe en Santa Cruz) y mi amigo Fran León estaba en los coros (Fran es actualmente director de Auto Insular en Santa Cruz) y no puedo olvidar como estaban un poco chulitos, habían tirado la humildad por el váter.
Entonces les dije que bajaran de Santa Cruz el lunes siguiente al sur por cojones, porque quería darles una lección para intentar que  aprendieran algo muy importante en la vida, “Ser humildes”. Cuando llegaron este lunes a las doce del medio día aproximadamente, nos montamos en un coche y nos fuimos a la Aldea Blanca que está en el Municipio de San Miguel, porque quería conocer a una chica muy guapa, hija de un alfarero famoso en esa zona. Cuando logramos llegar hasta la casa de dicho alfarero, tocamos en la puerta y abrió justamente el alfarero. Me conoció porque soy un capullo muy famoso en muchos sentidos, pero especialmente por las canciones y vídeos, en estos tiempos allá por el año 2000 y nos abrió con cara de felicidad, ¡Menos mal! Le pregunté ¿Aquí vive Ateneri?  El respondió, “Si es mi hija” ¿Podemos pasar?, pregunté. Nos dejó pasar y llamó Ateneri, para presentarla a estos tres golfos que habíamos invadido su hogar familiar por sorpresa.

Cuando llegó Ateneri, nos presentamos todos con besos respetuosos y ella estaba flipando, porque su cara bonita no podía disimular su asombro total, porque sabía que admiraba nuestro rollo patatero con la música buena para unos y horrible para otros lógicamente. Le dije Ateneri con mucho amor, “Sé, porque me han contado personas que te quieren mucho, que tienes toda la colección de mis discos y los llevas a Madrid donde estás en un Colegio Especial y quería agradecerte que tengas toda mi música contigo y deseo  hacerte una canción improvisada con tu permiso y con todo mi corazón”. Ateneri nos dio permiso para cantarle en directo con mi guitarra y mientras, observé que su padre cerraba la puerta con llave, con la maravillosa intención de que no saliéramos de su casa, hasta que hiciera una paella, para comer todos juntos con la familia.

Recuerdo que le canté algo así con una melodía al estilo country, “Gracias a ti, a personas como tú, cómplices de mis letras y melodías, donde intento transmitir la alegría……..”. Ella en posición firme como los militares, lloraba de emoción y Pastor y Fran, disimulaban las ganas de también hacerlo. Quería que ellos vieran con sus propios ojos, donde estaba la verdadera riqueza del ser humano ante una sociedad, que entremezcló la palabra Amor, con Amortizar.

Ateneri, tenía en esa época 15 años, es ciega y espero volverla a ver. Han pasado 15 años y ahora tiene 30 años y me gustaría volverla a ver. Espero que comprendan esta historia cada uno a su manera. ¿Qué tal querido lector?  Espero que estés bien y gracias por leer la carta de hoy. Un abrazo grande y hasta más leer.

Juan Santana