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Guía de Isora 16 de Sep. de 2015
Moción de Censura
Anda el cotilleo político amagando sin dar,
a cuenta de que en el Municipio de La Frontera en la isla
de El Hierro, un grupo de concejales que suman la mayoría
suficiente quieren quitar a la actual alcaldesa y sustituirla por
otro grupo elegidos por el pueblo, no así al alcalde o alcaldesa
que es el caso que nos ocupa y otros más que han roto el pacto que suscribieron PSOE y CC y cuyo primer incumplimiento fue en la Capital de la provincia, en Santa Cruz de Tenerife, que desde el día de las elecciones pactaron un gobierno entre CC y el PP. Y no pasó nada. Tampoco en Puerto de la Cruz, Arico, Teror, Cabildos varios y un largo etcétera. Inclusive en La Laguna en que los nacionalistas cuyo primer espada (…) es hoy el presidente de Canarias y en el que su formación bajó mucho en el número de votos; claro que allí, en Aguere, tiene la socialdemocracia a Javier Abreu que ha logrado su mayor momento de gloria en el día de ayer, vestido de chaqué y haciendo el papel de alcalde cabuquero o similar. Es su papel. Solo falta que pase revista a las tropas para que recree una meta nunca soñada, pero todo se andará.
Pero resulta que las mociones que censuran al presidente/a del Consistorio está contemplada en la Constitución, es legal y, a veces, conveniente, porque los Partidos ignoran la idiosincrasia de los pueblos y las diferencias que se mantienen y su historia. Y  sus miserias, nunca mejor dicho, pueblerinas, apelativo éste que puede y debe ser estudiado por los que ordenan los pactos en cascada (…) sin tener en cuenta lo que hemos citado, porque entre los mal llamados “nacionalistas” – solo contemplo esta opción si quieren la independencia de lo que aparentan defender – y el otro sector o sectores que han defendido una dignidad que hoy se nos antoja muy lejana pero que existió, hay todo un mundo o tendría que haberlo en lo que concierne a la concepción de la vida y sus gentes; basta decir que hubo un tiempo casi tan ominoso como el actual, en que el vecindario se dividió a propósito conformando una red muy clientelar a base de calumnias. Y una mentira repetida hasta la saciedad  se convirtió en una verdad que no lo era. Y así hasta hoy, en que perdura una rabieta, que no odio quiero sostener, en que los vecinos no se aprecian aunque no haya argumentos que puedan sustentar esa salvajada.

De manera que el gobierno eventual se sostendrá hasta ver quién gana las elecciones generales (dos días después de cobrar la paga extra) y en que don Clavijo estará expectante para que se alce victorioso don Mariano que es su correligionario tan de derechas como nuestro ministro, como Soria. De lo contrario, habrá que empezar de nuevo: echar a los fascistas de todos los partidos – el PSOE está trufado de ellos, aparte de mariquitas con mala leche que son los peores – y hacer un zafarrancho de limpieza que agradecerá hasta el más escéptico de los que no saben ni contestan y poner a CC en la oposición, lugar que le corresponde y se ha ganado a pulso,  pero en el durarán poco, ya que ellos sólo se muestran como son si tienen el poder; si no es así, son más españolistas (que no españoles) que los castellanos viejos. Mientras pasan estos meses como un interludio, pueden venir las mociones de censura, las más,  precipitadas, pero que dan la tónica de que cada pueblo es diferente y todos tienen su historia, sus recuerdos, sus rojos y azules, sus calvarios y sus patrones. Su cara y su cruz. Sus fronteras, sus rayas azules como en Güimar y corrompidos como una fosa común a medio hacer.

Así que hay que regresar a las escuelas que no hace mucho (…) los partidos impartían para que sus afiliados y simpatizantes aprendieran a ser futuras autoridades, pero esa didáctica costumbre se olvidó y hoy puede constatarse cómo se van colocando todos los perdedores,  sí, en las cuotas previamente repartidas en lo que llaman pactos, que es la tómbola de la mediocridad, la que lleva años enquistada en la sociedad canaria y que todo el mundo lo sabía y lo sabe. Acaban de llegar de vacaciones (…) en que es de suponer que cargaron las pilas, se relajaron y están dispuestos a trabajar, ay, pero es que de donde no hay no se puede sacar nada. Creo. Y a la vista está. Por lo tanto, parece un chiste que en La Frontera salga una especie de volcán que haga tambalear el pacto apócrifo. No caerá esa breva.

Cheche Dorta