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Guía de Isora 4 de Septiembre de 2015
Miradas Doc
Es un festival de cortos cinematográficos que se celebra
en mi pueblo hace varios años y del que me siento orgulloso,
por su calidad y promoción de un lugar que no pasa por sus
mejores momentos y ojalá continúe esta muestra de cultura
con mayúsculas.  Pero, pero, pero…ese certamen internacional
está diseñado para darle voz e imagen a los marginados de la parte sur del planeta y resulta que Guía está, precisamente, en esa coordenada en que se puede comprobar que en la linde del término municipal acaba una isla y comienza otra,  por lo que sugiero que los que se dedican al cortometraje podrían ensayar sobre esta realidad bajo el lema constatable que reza: Aquí siempre nos ha costado más vivir. Y nunca lo hemos reivindicado.
Y digo siempre, antes y ahora; antes porque un viaje era una odisea en la que el mareo,
verbigracia, dejaba a los pasajeros al borde de la deshidratación y deseando que llegara hasta la muerte, dada la magnitud de las fatigas y la tenacidad de ese traumatismo que hoy está extinguido. Y ahora, porque las obras nunca llegan a este territorio que ha sabido manejarse sin ayudas, más o menos. De manera que podrán comprobar en lo tocante (…) a carreteras, que cuando se deja atrás la parte rica del vecino Adeje,  la vía se estrecha, se llena de conos y rayas amarillas y comienza el tercer mundo: una isla dentro de la isla. La remodelación de TITSA nos deja aún más aislados y el llamado Anillo Insular que arrasó parte del paisaje, no termina de convencer ni, de momento, ha servido más que para comprobar la ridícula gestión de los irresponsables que, por ejemplo, han abierto un tramo que lleva hasta Santiago del Teide casco en tiempo record, pero al regresar hay sólo una vía con limitación de velocidad y raya continua. O sea: una burla más. El puente emblemático y carísimo está en obras, un paso adelante y dos hacia atrás, pero cuando se termine será como el Auditorio de Santa Cruz: nadie sabrá lo que costó. En este punto de la crónica sin pretensiones, hay que decir que el límite de velocidad está reglado en no más de ciento veinte kilómetros por hora, por lo que resulta contradictorio el argumento de la rapidez y otros ahorros apócrifos.

Y podríamos seguir con una larga nómina de agravios que no se han corregido hasta hoy, pero lo antedicho me parece una mimosería al contemplar la imagen de un niño de tres años muerto ahogado en una playa turca y que resume cualquier ensayo que uno pueda intentar: una vergüenza para la “civilizada” Europa y sus “líderes”, doña Ángela y don Mariano, por ejemplo que, como sus nombres indican, vienen de oscuras sacristías y que han practicado y practican la falsa caridad, porque son de derechas y ¡cristianos!, compadres de los que atacaron a los países que llevan sufriendo las consecuencias desde hace años (recordemos a algunos especimenes de la basura que no se puede reciclar: Bush, Barroso, Aznar o Blair, que están sueltos y ricos o, también, la mal llamada Primavera Árabe que ha traído las barbaridades y las muertes que comprobamos diariamente; o el insólito apoyo que se le presta al cogotudo presidente de Siria que masacra a su pueblo sin que el mundo haga nada…o que Israel tenga el gatillo fácil para hacer lo que le dé la gana, o que un burro con mucho dinero, Trump, insulte a un pueblo cercano al nuestro y sea candidato a presidir los USA, o que, incluso el Papa transfigurado después de viejo, miraba para otro lado como cuando era el jefe de los clérigos argentinos mientras se torturaba, lo sabía y daba la comunión a las bestias sin piedad, etc.).

Es decir: la primera parte de esta crónica es pueblerina, pero albergo – perdón – la esperanza – sorry – que ahora que tenemos políticos de fuste en otras altas instancias, puedan paliar las carencias de la zona de donde provienen y que Miradas Doc, ya se dijo, dedique un espacio a este Suroeste que tuvo y tiene, abusos, injusticias y (hay que repetirlo) nos ha costado más vivir acá, pues. Y la segunda parte contratante es tan brutal que me he quedado sin palabras: hasta el teclado parece protestar, por lo que me da pena y lo dejo. De momento.

Cheche Dorta