Publicidad
Para comentar esta noticia acceda a nuestra página en facebook
Queda terminantemente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos ofrecidos a través de esta página web, salvo autorización expresa de eldigitalsur.com. Asimismo, queda prohibida toda  reproducción a los efectos del artículo 32,1 párrafo segundo, Ley 23/2006 de la Propiedad Intelectual.
eldigitalsur.com no se hace responsables por la opinión emitida por los colaboradores.

Esta noticia esta publicaca en nuestra página en facebook
Guía de Isora 28 de Julio 2015
Babelia
Tengo la satisfacción de que a mi hijo le gusta leer
y ya tiene mayor recorrido que su padre en todos
los terrenos; uno de ellos es del vicio de la lectura
y nos aconsejamos entre ambos sobre lo que merece
la pena o no, según gustos y la diferencia de generaciones.
Y entre la novela, el ensayo, la narrativa, la prensa y entre
los periódicos que aún subsisten a pesar de un tal Cebrián,
se halla EL PAÍS y su deriva, aunque mantenga notable distancia en premisas de calidad con la competencia.

Pues bien, los sábados sale  Babelia y en la última entrega se le dedica un artículo a un inocente (…) americano que escribe recién venido de Irak, guerra que no han ganado, no se sienten héroes, pero también sufren. Eso dicen. Una gran mentira que venderá muchos libros violentos donde intentarán establecer una lógica inexistente entre su condición de invasores con el hecho de escribir.
Igualito que en Vietnam y otros territorios donde los yanquis se metieron para hacer más ricos a los fabricantes de armas y a ejemplares sujetos como la familia Bush, Ramsfeld o Aznar-Agag, por ejemplo, auténticos genocidas que duermen como si nada a pesar del daño que han causado. Baste ver el número de muertos que se producen cada día en aquella tierra –la de Las Mil y Una Noche, un libro maravilloso - que invadieron con mentiras y la dejaron asolada y sin que jamás aparecieran las armas de destrucción masiva que les dio cierta justificación para “salvar a la cultura occidental”, los muy sinvergüenzas (incluyo, naturalmente, a los españoles que justifican ese abuso) y, seguro, no fueron al cuartel, unos por tener los pies – y el cerebro – planos o por la ley de don José María, que deseaba ser gastador pero no daba la talla. Y un largo etcétera de obscenidad.

Paso la página y me encuentro, casual, con un artículo de Antonio Muñoz Molina, uno que comenzó el oficio de escritor con una novela excelente que contaba su paso por el ejército y está acabando – ojalá – con una semicopia de Faulkner, puesto que tiene casa en USA y tal. Es decir, que ha pasado de la paja de la albarda a la albarda pura con toques de modernidad. Esta diatriba la mantengo aún con mi hijo y, de momento, él va ganando, pero no estoy seguro si la cosa acabará en que uno ataque, perdón, al aburrimiento o vencerá el vástago y el ímpetu de la juventud. De todas formas, ya le he dicho y lo repito que el marido de la Lindo no es de fiar aunque haya aprendido las reglas de la buena escritura y bastante de urbanidad. Y, siguiendo con este asunto tan poco común, aterrizamos en la literatura hecha en Canarias; ya se sabe: Mararía, Guad y otras en que yo discuto su calidad y le digo que el nivel que tenemos es el que hay. Poco más. Y en eso estamos de acuerdo. Lee algo de Galdós, le aconsejo, que si no se va de aquí acaba de funcionario mal pagado. Si, papi.

Sigo con el dichoso Babelia y me encuentro con un aspirante a escritor que dice que siempre quiso escribir algo erótico, lo que demuestra que nunca leyó a Donatien Alphonse François Marqués de Sade, por ejemplo, y en ese momento dado sí que se establece un vínculo mayor que el de la sangre, que es el de dos lectores que son padre e hijo y tengo que refrenar sus instintos, porque se lanza a recitarme una lista de títulos repetidos de las ceremonias del amor, o el sexo, que datan desde mucho antes del cuento de Adan y Eva. Es la juventud, le digo, y que el tiempo pasará que es cuando el amor se aparece desinteresadamente ¿Cómo?, lo que oyes, bienamado: te llegará un tiempo en que ya no exista pasión animal, ni romanticismo cursi, ni aditamentos superfluos, ni puertas de retretes, ni piel desnuda….no, sólo existirá el amor verdadero y – entonces me río – sabrás lo que es amor de verdad. Y casi, casi lo derroto, porque se queda en silencio y con una sombra de duda. Tranqui Nico, intento ayudarle en el trance inocuo, ya leerás el Ulises y el más intrincado de los cuentos de Borges, o que los Hermanos Karamasov y El Quijote se meterán en tu cabeza; o que Ana Karenina tiene más erotismo que toda la mecánica pornografía que vendieron y venden los falsos progresistas o que Corin Tellado era virgen y casi mártir o que el C.S.I. es una burda copia tecnológica de Agatha Christie  y que Marcial Lafuente Estefanía destilaba acción en una novelita cuartelera. Pero es que él no hizo el servicio militar y así no hay manera de hacerle comprender esa obligación que teníamos los mozos y que puede regresar al paso que vamos.

Y no quise hablar de Grecia tan de moda por razones obvias, pero más adelante, cuando a la Troika le llegue la menopausia, podemos hablar de la infinita nómina de sabios que el país que hoy se siente atruchído y salga del abuso, regaló a antes llamada civilización. Aún así, le apunto en un papelito la Ilíada y la Odisea, por si acaso. O Edipo, al que le añado una nota al margen apuntándole que es la sublimación del amor, el incesto que tanta mala prensa tiene. Vale, me dice, tal vez sin saber que es la última palabra del prólogo del Quijote. Vale, también de moda para salir del paso en los mensajes emitidos por las nuevas tecnologías inventadas a propósito para gandules mentales, creo. Pero estoy contento, porque se dedica a cuestiones que ahora se ven poco, Y como le gusta la música, como a mi, tendremos tiempo de abordar este asunto en otras crónicas, si los dioses quieren.

Cheche Dorta